El auge de los patinetes eléctricos ha transformado la movilidad urbana en todo el mundo. Son rápidos, económicos y sostenibles; sin embargo, en el Paseo de la Ciudad su presencia se ha convertido en un serio desafío para la convivencia. Allí, el tránsito incesante de estos vehículos altera el curso natural de los peatones y genera situaciones de peligro, especialmente para personas mayores, niños y familias que buscan disfrutar de un paseo seguro.
El problema no radica en el uso del patinete como medio de transporte, sino en la falta de una regulación urbana que contemple espacios adecuados para su circulación. Mientras no existan vías exclusivas o delimitadas, los peatones seguirán cediendo su espacio en la acera, cuando este debería ser, por principio, prioritario para ellos.
Es necesario, por tanto, que las autoridades municipales adopten medidas inmediatas. Una alternativa razonable sería la creación de un pasillo de circulación junto a la entrada del estadio de fútbol, que descongestione el Paseo y sirva de modelo para otros puntos críticos de la ciudad. Así, se garantizaría la seguridad de los peatones sin frenar el desarrollo de nuevas formas de movilidad.
La ciudad del futuro debe conciliar sostenibilidad y convivencia. Regular el tránsito de los patinetes eléctricos no significa limitar la innovación, sino defender el derecho de todos a transitar sin miedo por los espacios públicos. El Ayuntamiento tiene ahora la oportunidad y la responsabilidad de actuar: ordenar es proteger.
Bailen Digital Prensa de Bailén
